Pocas personas están de acuerdo con la concentración del capital y de los activos en pocas personas, empresas o funcionarios oficiales. En este sentido, un gran objetivo de políticas públicas y en sentido más amplio, un objetivo compartido de muchos venezolanos consiste en desconcentrar el capital. ¿Pero, cómo lo hacemos? ¿Cuál es el camino? ¿La sustitución de la propiedad privada por propiedad estatal realmente resuelve este problema? ¿Tenemos experiencias cercanas con las cuales podamos resolver esta pregunta?
Vamos a apelar a la evidencia más cercana posible. Se trata simplemente de nuestra propia experiencia como país. Simplemente recordemos que en la década de los años setenta, durante la primera administración del Presidente Pérez, el sector público expropió al sector privado del sector petrolero, del sector siderúrgico, adquirió bancos, hoteles, empresas de telecomunicaciones, emtre otras empresas y sectores. Las expropiaciones fueron acompañadas de controles de precios y controles de cambio en un entorno de altos precios del petróleo.
Transcurrida una década y con la llegada del viernes negro, el país se enfrentó a una significativa devaluación, la producción petrolera era aproximadamente la mitad en relación con los niveles registrados antes de la conversión del sector petrolero a propiedad estatal, la inflación de dos digitos comenzó a ser parte de la cotidianidad y el desempleo comenzó a aumentar de forma importante.
Finalmente, a mediados de los ochenta, la pobreza y la desigualdad habían aumentado de forma notoria lo cual reflejaba de forma indirecta una mayor concentración de propiedad y activos en comparación con la observada en los años setenta. En síntesis, nuestra propia experiencia sugeriere que la mera sustitución de la propiedad privda por propiedad estatal o formas similares como la propiedad social, no contribuyen en el mediano plazo a desconcentrar la tenencia de capital.
Es verdad que no existe un camino único ni una receta universal para descontrar el capital en una sociedad. Pero no se me ocurre una manera más sencilla que transfieriendo la propiedad desde el Estado hacia los ciudadanos. En este sentido, si se toma el 10% de todas las empresas estatales y se emite acciones intrasferibles a todos los venezolanos pues avanzaremos en el mayor proceso de desconcentración y democratización del capital de nuestra historia republicana.
A los beneficios de la desconcentración del capital, el reparto de acciones a todos los venezolanos lograría otros objetivos. Por ejemplo, qué mejor esquema de contraloría social y de vigilancia del funcionamiento de los recursos públicos, es decir, -que mejor lucha contra la corrupción- que una fracción de 28 millones de personas esté atenta y sea vigilante de lo que sucede con el manejo de las empresas ahora en manos de Estado y que pasarían a ser parte de todos los venezolanos. Al fin y al cabo, las personas esperarían todos los años por los dividendos obtenidos por dichas acciones. Si los dividendos son menores a los dividendos que estas empresas repartían cuando estaban en manos privadas -tenemos los datos para ello- entonces se demostrará que -al igual que en los años setenta- la propiedad estatal no resuelve el tema de la desconcentración del capital.
Una reforma de esta naturaleza es totalmente factible de llevarlo a cabo. Sólo requiere de consenso político y deseo genuino de lograr no sólo demcoracia en lo político sino aún más importante, de democracia económica.
Espero que esto anime a la discusión pública sobre el tema.
Welcome to my blog. I am an economist with academic interest in applied macroeconomics. I follow the current macroeconomic situation at Venezuela.
Monday, June 22, 2009
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment