Durante esta y la próxima semana estaré abordando los siguientes temas:
India: ¿El nuevo gran socio petrolero de Venezuela?
Benchmarks históricos para entender el chavismo
Istvan Meszaros. El autor predilecto del chavismo
¿Es posible que la inflación de alimentos sea inferior a la inflación general en 2009?
Welcome to my blog. I am an economist with academic interest in applied macroeconomics. I follow the current macroeconomic situation at Venezuela.
Wednesday, May 27, 2009
¿Por qué una parrilla cuesta el doble en Caracas?
Recientemente, varios voceros oficiales han manifestado con elevado desagrado una supuesta demostración de especulación generalizada en Venezuela. En efecto, se denuncia que los precios de varios productos en Caracas y, en general, en Venezuela, cuestan aproximadamente el doble en relación con el precio al cual se consiguen dichos productos en otras naciones sudamericanas.
En tiempos de una sociedad polarizada intentar escribir un artículo de opinión a partir de declaraciones de voceros oficiales corre el riesgo de ser tildado de interesado en el mejor de los casos. Pero el ánimo de escribir este artículo es por encima de todo un deber de la profesión y el deseo genuino de colaborar en esclarecer el porqué las cosas en Venezuela, al parecer, cuestan dos veces más de lo que cuestan en otras naciones del continente.
Empecemos por un principio básico que seguramente todos recordamos de nuestras escuelas y de nuestros padres en los primeros años de nuestras vidas. Dicho principio reza que no podemos comparar Peras con Manzanas. En consecuencia, emitir un juicio sobre la diferencia de precios entre Venezuela y Argentina o entre Venezuela y Colombia requiere en primer lugar convertir los precios -inicialmente expresados en monedas diferentes (Ej, bolívares, reales, pesos, etc)- en una moneda común, que por convención internacional es el dólar estadounidense.
De esta manera, en lugar de afirmar que una parrilla cuesta Bs.F 20 en Caracas o 10 reales en Sao Paulo, convertiremos ambos bienes en dólares para proceder a su comparación. No obstante, existe una dificultad adicional al hacer este ejercicio. Resumiré esta dificultad en los siguientes términos: Aunque es estrictamente necesario convertir los precios de los bienes de diferentes países en dólares para hacer una comparación válida, esta conversión no resulta en una condición suficiente para que dicha comparación sea correcta.
Si la última expresión anterior resulta técnica en exceso, entonces propongo el siguiente ejemplo: Imagínese que usted amigo lector recibe una oferta de empleo. En principio, para que usted esté dispuesto a aceptar dicha oferta es necesario que usted reciba un salario. Pero todos coincidiríamos en que si bien es cierto, es necesario saber que se recibirá un salario, eso en si mismo, no es suficiente. Usted y todos nosotros en dicha situación, discutiremos no el hecho de que el salario exista o no. Para nosotros, la decisión de aceptar o rechazar la oferta de trabajo, es decir, la condición suficiente, estará basada en el monto del salario. En menos palabras, no es lo mismo un salario de 1 bolívar por hora a un salario de 5 bolívares por hora.
Volvamos a nuestro asunto original. Lo que intento transmitir es que no es suficiente con simplemente convertir los precios de todos los países de Sudamérica en dólares para realizar una comparación metodológicamente válida. No resulta suficiente porque a diferencia de nuestros vecinos sudamericanos, Venezuela, es el único país de la región con una inflación acumulada superior al 100% en los últimos cuatro años y además es el único país de la región que no ha modificado su paridad oficial con el dólar.
Quizá en este momento pueda haber algo de confusión en algún lector. Si es así permítame exponer lo siguiente. Cuando un país tiene una inflación acumulada en 4 años superior al 100% pero no modifica su tasa de cambio, esto quiere decir que los dólares canjeados a la tasa oficial en la actualidad compran la mitad de los bienes expresados en bolívares en relación a los que se compraban hace 4 años. Por ejemplo, un bien cuyo precio era de Bs. F 4,3 en marzo de 2005 se podía adquirir con 2 dólares. De acuerdo con el BCV, si dicho bien ha aumentado de forma equivalente al IPC del Área metropolitana de Caracas, hoy su precio sería de Bs.F 9,70. Imaginemos que ha subido un poco menos y que su precio hoy es de Bs.F. 8,60. Pues bien, con 2 dólares hoy obtendríamos los mismos Bs.F. 4,3 de marzo de 2005 y con esta cantidad de dinero sólo podríamos adquirir la mitad de los bienes que comprábamos hace 4 años.
Dicho de otra manera, para poder comprar el mismo bien en marzo de 2009, necesitamos el doble de los dólares que necesitábamos en marzo de 2005. La razón es muy sencilla, el precio del dólar y quizá el de la gasolina, son los únicos bienes que no han registrado aumentos en los últimos 4 años. De hecho, si el precio del dólar hubiese subido en función del diferencial de inflación entre Venezuela y sus principales socios comerciales, la tasa de cambio estaría ubicada en la cercanía a los Bs.F 4 por dólar.
Alcanzado este punto estamos en capacidad de retomar el punto inicial. Si al comparar los precios de Venezuela con el de sus vecinos, utilizáramos una tasa cercana a los Bs.F 4 por dólar, entonces las diferencias de precios ya no serían aquellas denunciadas por las autoridades oficiales y la supuesta especulación generalizada de Venezuela no existiría. Más aún, si utilizáramos una tasa de cambio cercana al nivel mencionado, el costo de vida de Venezuela sería equivalente al de nuestros vecinos y los incentivos actuales a las importaciones de diversos bienes finales se reducirían notoriamente.
Quisiera finalizar el artículo haciendo explícito que estas líneas no constituyen ningún llamado a devaluar pero si un intento de esclarecer el porqué nuestros precios son, al parecer, más elevados al de nuestros vecinos. Si los venezolanos y, en particular, sus autoridades desean que esto no continúe ocurriendo, tendrán que estar dispuestas a reconocer y comprender las verdaderas causas de la inflación en Venezuela. Por lo pronto, permítanme el atrevimiento para dos reflexiones. En mi opinión, no es luchando contra el sector privado como se reducirá la inflación. Es generado los incentivos idóneos y en particular, controlando adecuadamente la cantidad de dinero que circula en la economía, como alcanzaremos una tasa de inflación de un dígito y acercaremos el crecimiento del costo de vida en Venezuela al de nuestros vecinos de la región.
Finalmente expreso lo siguiente: Brasil, Chile y Perú experimentaron altas tasas de inflación en décadas anteriores. Sus autoridades no se plantearon en aquellos días por qué una parrilla costaba el doble o el triple más en esas naciones en relación al precio en Venezuela. Tampoco persiguieron al sector privado o lo acusaron de manera generalizada de especuladores. Hoy sin embargo, tienen un solo digito de inflación ¿Acaso las autoridades oficiales locales no pueden aprender de sus experiencias, de las medidas que tomaron estas naciones para corregir la inflación y aplicar sus lecciones en Venezuela?
En tiempos de una sociedad polarizada intentar escribir un artículo de opinión a partir de declaraciones de voceros oficiales corre el riesgo de ser tildado de interesado en el mejor de los casos. Pero el ánimo de escribir este artículo es por encima de todo un deber de la profesión y el deseo genuino de colaborar en esclarecer el porqué las cosas en Venezuela, al parecer, cuestan dos veces más de lo que cuestan en otras naciones del continente.
Empecemos por un principio básico que seguramente todos recordamos de nuestras escuelas y de nuestros padres en los primeros años de nuestras vidas. Dicho principio reza que no podemos comparar Peras con Manzanas. En consecuencia, emitir un juicio sobre la diferencia de precios entre Venezuela y Argentina o entre Venezuela y Colombia requiere en primer lugar convertir los precios -inicialmente expresados en monedas diferentes (Ej, bolívares, reales, pesos, etc)- en una moneda común, que por convención internacional es el dólar estadounidense.
De esta manera, en lugar de afirmar que una parrilla cuesta Bs.F 20 en Caracas o 10 reales en Sao Paulo, convertiremos ambos bienes en dólares para proceder a su comparación. No obstante, existe una dificultad adicional al hacer este ejercicio. Resumiré esta dificultad en los siguientes términos: Aunque es estrictamente necesario convertir los precios de los bienes de diferentes países en dólares para hacer una comparación válida, esta conversión no resulta en una condición suficiente para que dicha comparación sea correcta.
Si la última expresión anterior resulta técnica en exceso, entonces propongo el siguiente ejemplo: Imagínese que usted amigo lector recibe una oferta de empleo. En principio, para que usted esté dispuesto a aceptar dicha oferta es necesario que usted reciba un salario. Pero todos coincidiríamos en que si bien es cierto, es necesario saber que se recibirá un salario, eso en si mismo, no es suficiente. Usted y todos nosotros en dicha situación, discutiremos no el hecho de que el salario exista o no. Para nosotros, la decisión de aceptar o rechazar la oferta de trabajo, es decir, la condición suficiente, estará basada en el monto del salario. En menos palabras, no es lo mismo un salario de 1 bolívar por hora a un salario de 5 bolívares por hora.
Volvamos a nuestro asunto original. Lo que intento transmitir es que no es suficiente con simplemente convertir los precios de todos los países de Sudamérica en dólares para realizar una comparación metodológicamente válida. No resulta suficiente porque a diferencia de nuestros vecinos sudamericanos, Venezuela, es el único país de la región con una inflación acumulada superior al 100% en los últimos cuatro años y además es el único país de la región que no ha modificado su paridad oficial con el dólar.
Quizá en este momento pueda haber algo de confusión en algún lector. Si es así permítame exponer lo siguiente. Cuando un país tiene una inflación acumulada en 4 años superior al 100% pero no modifica su tasa de cambio, esto quiere decir que los dólares canjeados a la tasa oficial en la actualidad compran la mitad de los bienes expresados en bolívares en relación a los que se compraban hace 4 años. Por ejemplo, un bien cuyo precio era de Bs. F 4,3 en marzo de 2005 se podía adquirir con 2 dólares. De acuerdo con el BCV, si dicho bien ha aumentado de forma equivalente al IPC del Área metropolitana de Caracas, hoy su precio sería de Bs.F 9,70. Imaginemos que ha subido un poco menos y que su precio hoy es de Bs.F. 8,60. Pues bien, con 2 dólares hoy obtendríamos los mismos Bs.F. 4,3 de marzo de 2005 y con esta cantidad de dinero sólo podríamos adquirir la mitad de los bienes que comprábamos hace 4 años.
Dicho de otra manera, para poder comprar el mismo bien en marzo de 2009, necesitamos el doble de los dólares que necesitábamos en marzo de 2005. La razón es muy sencilla, el precio del dólar y quizá el de la gasolina, son los únicos bienes que no han registrado aumentos en los últimos 4 años. De hecho, si el precio del dólar hubiese subido en función del diferencial de inflación entre Venezuela y sus principales socios comerciales, la tasa de cambio estaría ubicada en la cercanía a los Bs.F 4 por dólar.
Alcanzado este punto estamos en capacidad de retomar el punto inicial. Si al comparar los precios de Venezuela con el de sus vecinos, utilizáramos una tasa cercana a los Bs.F 4 por dólar, entonces las diferencias de precios ya no serían aquellas denunciadas por las autoridades oficiales y la supuesta especulación generalizada de Venezuela no existiría. Más aún, si utilizáramos una tasa de cambio cercana al nivel mencionado, el costo de vida de Venezuela sería equivalente al de nuestros vecinos y los incentivos actuales a las importaciones de diversos bienes finales se reducirían notoriamente.
Quisiera finalizar el artículo haciendo explícito que estas líneas no constituyen ningún llamado a devaluar pero si un intento de esclarecer el porqué nuestros precios son, al parecer, más elevados al de nuestros vecinos. Si los venezolanos y, en particular, sus autoridades desean que esto no continúe ocurriendo, tendrán que estar dispuestas a reconocer y comprender las verdaderas causas de la inflación en Venezuela. Por lo pronto, permítanme el atrevimiento para dos reflexiones. En mi opinión, no es luchando contra el sector privado como se reducirá la inflación. Es generado los incentivos idóneos y en particular, controlando adecuadamente la cantidad de dinero que circula en la economía, como alcanzaremos una tasa de inflación de un dígito y acercaremos el crecimiento del costo de vida en Venezuela al de nuestros vecinos de la región.
Finalmente expreso lo siguiente: Brasil, Chile y Perú experimentaron altas tasas de inflación en décadas anteriores. Sus autoridades no se plantearon en aquellos días por qué una parrilla costaba el doble o el triple más en esas naciones en relación al precio en Venezuela. Tampoco persiguieron al sector privado o lo acusaron de manera generalizada de especuladores. Hoy sin embargo, tienen un solo digito de inflación ¿Acaso las autoridades oficiales locales no pueden aprender de sus experiencias, de las medidas que tomaron estas naciones para corregir la inflación y aplicar sus lecciones en Venezuela?
Saturday, May 23, 2009
¿Cuánto petróleo produce Venezuela?
Frecuentemente, se observan discrepacias sobre las cifras de producción de petróleo en Venezuela. Es un tema complejo y la discusión presenta dos elementos que la dificultan enormemente. En primer lugar, porque ni siquiera existe consenso sobre las cifras de producción por parte de los entes oficiales. Así las cosas, no es infrecuente observar discrepancias entre la producción que se utiliza para formular el presupuesto, la producción que reporta Pdvsa e inclusive en algunas ocasiones, también entre lo que reporta Pdvsa y lo que se reporta en los datos oficiales del Ministerio de Energía y Petróleo. En segundo lugar, porque históricamente han existido discrepancias entre los reportes de la producción de Venezuela con los datos suministrados por agencias internacionales como la propia Opep, la Agencia Internacional de Energía o el Departamento de Energía de los Estados Unidos. De esta manera, apelar a una fuente internacional como vía para dilucidar las enormes y razonables dudas que se derivan de los datos suministrados por Pdvsa, no resulta en mi opinión, un método excento de errores de estimación.
En los últimos dos años, he propuesto estimar la producción de Venezuela a través de la siguiente metodología. Tomemos como cierto el tamaño del mercado interno que en la actualidad es de aproximadamente 600.000 barriles diarios. De manera que para estimar el valor de la producción total sumemos a la cifra anterior, las exportaciones venezolanas por concepto de petróleo crudo y de productos refinados.
Sin embargo, en lugar de tomar el dato de Pdvsa, calcularemos las exportaciones diarias de acuerdo con la siguiente metodología. En primer lugar, indagaremos en el mundo mediante los datos publicados por Bancos Centrales e Institutos Nacionales de Estadísticas, cuál es el monto que otros países han pagado por concepto de petróleo a Venezuela. Una vez obtenido el número anterior, dividiremos el monto de las ventas petroleras entre el precio promedio de la cesta de exportación y con ello estaremos en capacidad de calcular las exportaciones diarias de barriles de petróleo.
Basada en la metodología anterior, estimo que Venezuela, luego de los recortes del último trimestre del año pasado y del primer trimestre de este año, produce aproximadamente 2,6 millones de barriles diarios.
En una próxima entrega, indentificaré nuevos socios y destinos de petróleo de Venezuela poco conocidos para la mayoría de los venezolanos. En particular, dimensionaré las ventas a China, India, Canadá, Ecuador, Singapur , Jamaica y Turquía. Quizá ello pueda mejorar nuestra capacidad de comprensión de la industria petrolera y de los posibles escenarios fiscales y externos de la economía venezolana. Por lo pronto dejo el debate abierto para cualquier inquietud y discusión sobre este tema
En los últimos dos años, he propuesto estimar la producción de Venezuela a través de la siguiente metodología. Tomemos como cierto el tamaño del mercado interno que en la actualidad es de aproximadamente 600.000 barriles diarios. De manera que para estimar el valor de la producción total sumemos a la cifra anterior, las exportaciones venezolanas por concepto de petróleo crudo y de productos refinados.
Sin embargo, en lugar de tomar el dato de Pdvsa, calcularemos las exportaciones diarias de acuerdo con la siguiente metodología. En primer lugar, indagaremos en el mundo mediante los datos publicados por Bancos Centrales e Institutos Nacionales de Estadísticas, cuál es el monto que otros países han pagado por concepto de petróleo a Venezuela. Una vez obtenido el número anterior, dividiremos el monto de las ventas petroleras entre el precio promedio de la cesta de exportación y con ello estaremos en capacidad de calcular las exportaciones diarias de barriles de petróleo.
Basada en la metodología anterior, estimo que Venezuela, luego de los recortes del último trimestre del año pasado y del primer trimestre de este año, produce aproximadamente 2,6 millones de barriles diarios.
En una próxima entrega, indentificaré nuevos socios y destinos de petróleo de Venezuela poco conocidos para la mayoría de los venezolanos. En particular, dimensionaré las ventas a China, India, Canadá, Ecuador, Singapur , Jamaica y Turquía. Quizá ello pueda mejorar nuestra capacidad de comprensión de la industria petrolera y de los posibles escenarios fiscales y externos de la economía venezolana. Por lo pronto dejo el debate abierto para cualquier inquietud y discusión sobre este tema
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